Se valoran las asimetrías naturales de la orientación, la topografía, el trazado de acceso y las masías del entorno y se trasladan estos vectores a la volumetría. Resulta un edificio formado por la yuxtaposición de diferentes cuerpos con tamaños, formas y jerarquías diferentes.

El volumen principal con su cubierta a una vertiente corresponde a la sala de aguas, centro y motivo. El resto de locales se agrupan alrededor en un cuerpo de una sola altura y bajo una cubierta plana. Un tercer volumen en forma de torre, que destaca y ancla los anteriores, indica la localización del núcleo técnico. La planta baja agrupa todos los locales de uso deportivo y los distribuye dentro de un cercado de planta rectangular muy compacto. Las fachadas se componen de dos planos de diferente materialidad: un zócalo de obra vista hasta los 2,5 metros de altura y, separado con un perfil UPN de acero galvanizado, el cuerpo alto de estuco blanco sobre aislante. El trazado no siempre coincidente de estos dos planos produce la casuística de esta fachada: zócalos exentos que forman patios, muros altos sin zócalo que producen aberturas acristaladas y cerramientos opacos en la superposición de ambos.